Hace unos días una
amiga me envió un whatsapp con el link del primer capítulo de una serie: ‘El
juego del calamar’, una producción que realmente no sale del marco estándar de
series coreanas pero que también logra conseguir identidad propia. Resumiendo
en pocas palabras y sin dar spoilers, la trama gira alrededor de cientos de
jugadores con problemas económicos que reciben una extraña invitación para
competir en juegos infantiles y desafíos letales que deben superar para
alcanzar un premio tentador.
El juego del
calamar comenzó a ser tendencia luego de lograr lo que parece (al menos durante
la última década) el objetivo de todo aquello que quiera alcanzar la fama y
hacerse viral: ser un meme. Quizá gracias a eso o a lo familiar que pueden
parecer ciertas cosas que la gente es capaz de hacer por dinero fue lo que la llevaron
a ser la #1 en más de 90 países, y que están a punto de convertirla en el
material más visto en la historia de Netflix (¡hasta el Profesor la ha visto!).
Sin embargo, el dinero no solo es protagonista en la trama de esta serie sino
también en la vida de su creador Hwang Dong-hyuk.
Hwang comenzó a escribir el guión en 2009, aunque debido a la crisis económica
que alcanzó durante 10 años en los que muchos estudios, productores, actores e inversionistas
rechazaron el guión por exceso de
sadismo, complejidad y violencia (que realmente a mí no me parece tanta en
comparación a muchas otras series) tuvo que pausarlo en más de una ocasión,
incluso tuvo que vender su laptop en la que había comenzado a escribir el
primer pitch.
Bulos aparte, a propósito de riquezas y locuras: ayer, 4 de octubre, como todos
los años la iglesia celebró la fiesta de uno de mis santos favoritos, san Francisco
de Asis. El santo más parecido a Jesús. ‘Il pazzo d'Assisi’ (el loco de Asis)
como le decían ya en su época.
San Francisco nació
en Italia, en la edad media, una época que casi a cualquiera le hubiese gustado
vivir, rodeado de caballeros cruzados, literatura fantástica y poesía lírica.
San Francisco es uno de los santos más conocidos en el mundo, y no solo dentro
de la iglesia. Es uno de los santos más ecuménicos y más interreligiosos. Es
respetado por cristianos, protestantes y hasta por no creyentes.
Actualmente se ha
deteriorado un poco la imagen de ‘Francesco’. Ecologista, revolucionario,
comunista, algunos lo han tomado incluso como símbolo del veganismo ¡qué cosa
más loca que esa puede haber! Dejando a un lado el menoscabo a lo que significa
san Francisco para la iglesia, es un buen momento para mencionar la huella que
ha dejado fuera de ella, desde la vez que saliendo para misionar se encontró
con una cruzada a la que advirtió no ir a la batalla (y a la que algunos,
especialmente en Europa, atribuyen el inicio de la ‘maldición del Viernes 13’),
su legado en la literatura siendo inspiración e imagen –también deteriorada eso
sí– para la creación de Robin Hood, o de cómo cambió la vida de Dolores Hart,
una ex actriz estadounidense cuyo primer papel protagónico fue nada más y nada
menos que junto a Elvis Presley en "Loving you" (1957), película que
contiene el beso que es considerado por muchos críticos como uno de los más
largos de la historia del cine, no por su duración en la pantalla sino por las
repeticiones que les pedía el director. Tan solo 4 años después, Dolores hizo
el papel de santa Clara de Asis en una película de 1963. De hecho, a causa de
eso tuvo un encuentro con el
Papa san Juan XXIII en Italia, encuentro en el que, según contaba, se dio el
siguiente diálogo:
“– Soy Dolores Hart, la actriz que interpreta a
Clara.”
“– No, usted es Santa Clara de Asís.”
![]() |
Dolores Hart Interpretando a santa Clara de Asis. |
![]() |
Rebecca
Cammisa (directora), Madre Dolores Hart y Geeta
Gandbhir (Editora) en la gala previa a los Premios Oscar en 2012. |