Ha pasado más de un mes desde la última entrada del blog, podría escribir fácilmente sobre alguna anécdota de estos días, algo que leí o escuché, o un blog emotivo sobre el comienzo y los deseos para un año nuevo (qué oportuno ¿no? un mes después), porque de hecho, sí era algo que tenía pensado: publicar algo sobre “los nuevos ciclos”, como dice la gente, en realidad hasta se lo había encomendado a una persona en particular, pero el covid y ciertas cosas del destino lo impidieron, pero eso es otra historia (y no, no tenía preparado que el slogan quedara como anillo al dedo tan pronto).
Estaba yo un día pensando qué contar y escribir para no interrumpir la regla no escrita de subir –al menos– una entrada al mes; “aprovechando” el aniversario de fallecimiento de Heath Ledger pensé escribir algo al respecto, luego esa idea evolucionó a un borrador fallido sobre las películas de Batman, y luego a cualquier cosa relacionada al cine en general. Sin embargo, aunque evidentemente ninguna de las ideas llegó realmente a buen puerto, sí es verdad que encontré una forma de que no fueran totalmente deshechas.
Es bien sabido por la mayoría “de mis lectores” (como decían lo bloggers antes de que YouTube fuese la sensación) sobre mi afición por los cómics y las películas. Bueno, Paul Dano habló recientemente en una entrevista para Empire Magazine sobre su participación como Edward Niggma en “The Batman”. Paul comentó que cuando se enteró que Matt Reeves lo quería para el papel prefirió mantenerse cauteloso hasta leer el guion, pero que una vez que pudo leerlo, le bastaron unas páginas para saber que estaba en buenas manos. También dijo que investigó a fondo sobre El Asesino del Zodiaco, la principal inspiración de Reeves para concebir la intrigante y aterradora reinterpretación del Acertijo, algo que me entusiasmó más respecto a la película, porque, a pesar de que hasta antes de la entrevista no era algo oficial, yo ya lo veía venir.
A propósito de villanos, asesinos, cine y superhéroes ¿recuerdan aquella película “Now you see me” (o como la conocí yo al inicio, Los Ilusionistas)? Una película de 2013 protagonizada nada más y nada menos que por Morgan Freeman, Mark Ruffalo (Hulk en el MCU) y Jesse Eisenberg (Lex Luthor en el DCEU). Bueno, más allá de que el subtítulo “Nada es lo que parece” queda bien para la historia, ahora sí, al grano.
José Menéndez, creador de la famosísima productora RCA Records (de la que, por cierto hago una insignificante mención en el blog anterior, “link en la parte de abajo” como dicen los Youtubers) se mudaba con su familia (Kitty, Erik y Lyle) a Beverly Hills, en Los Angeles, a una increíble mansión –en la que, como dato curioso, también vivió Elton Jon–.
Lyle y Erik tenían 21 y 18 años respectivamente. Lyle iba a la Universidad de Princeton y Erik terminaba sus estudios de secundaria en Beverly Hills High. El domingo 20 de agosto de 1989 José y Kitty decidieron pasar el resto del día viendo películas en la sala de su casa mientras que Lyle y Erik habían ido al cine a ver la nueva película de Tim Burton, protagonizada por Michael Keaton, “Batman”. Cuando volvieron a casa, se encontraron con una escena horrorosa. Sus padres habían sido asesinados. Recibieron 14 disparos de escopeta, su padre 5 y su madre 9. Estaban, literalmente, destrozados y, según relatos de algunos testigos, prácticamente irreconocibles como seres humanos. La autopsia solo terminaría ratificando el nivel de brutalidad del crimen.
Tan solo un día antes del funeral, “comienza” (énfasis en las comillas) a pasar lo raro. El 24 de agosto, Lyle gastó 15 000 dólares en tres relojes Rolex. Minutos después, cuando estaba en la limosina familiar, antes de lanzar una risa digna de un psicópata le dijo Marcy (secretaria de su padre) mostrándole sus mocasines «Marcy, mira, ¿quién dijo que no podría llenar los zapatos de mi padre?».
Lyle y Erik obtuvieron más y más dinero por los pagos de seguro de sus padres, y parecía que la incalculable fortuna solo servía para ocultar la tristeza y el shock. El exceso de libertad, los lujos y la plata de Los Hermanos Menéndez parecían contraponerse a las sesiones de terapia para sobrellevar el tan atroz asesinato de sus padres, del que, eso sí, a veces también se olvidaban todos. Todos excepto Jerome Oziel, a quien, Erik, en una de las sesiones de terapia, quizá traicionado por los nervios y el estrés, le confesó que, junto a su hermano, habían asesinado a sus padres.
Una versión dice que la amante de Jerome escuchó la grabación de la sesión donde Erik confesaba, y fue directo a la policía; la otra versión dice que cuando Lyle supo que Erik le había contado del crimen a su terapeuta, lo amenazó y luego decidió contarlo él.
4 meses después de la confesión, el 8 de marzo de 1990, Lyle fue arrestado en Beverly Hills. Erik fue arrestado tres días después.
En Estados Unidos todos los canales y periódicos hablaban del tema, y a pesar de que un juez había declarado como evidencia las grabaciones de las sesiones de terapia, el caso terminó extendiéndose; ambos fueron procesados por separado con cargo de asesinato, pero no fue hasta marzo de 1996 que finalmente se les declaró culpables, y con eso se pudo determinar claramente la secuencia de los hechos:
El 18 de agosto de 1989, en san Diego, a más de 100 kilómetros de su mansión, los hermanos compraron dos escopetas calibre 12 en una tienda.
El 20 de agosto, día del crimen, entraron a la sala de su casa y dispararon las 14 balas a sus padres. Después, desarmaron las escopetas, se bañaron, se pusieron ropa limpia, fueron al cine a ver Batman, volvieron a su casa y se sorprendieron con la brutal escena.
La conclusión del caso fue simple: asesinato por abuso. Quizá fue un crimen tan brutal que la respuesta parece absurda, quizá es porque a simple vista, ni Erik ni Lyle son lo que parecen, o porque cuando se trata de psicópatas asesinos, no hay mucho en donde buscar respuestas lógicas. Para ejemplos, el caso de otro psicópata, Charles Manson. Incluso estuvo involucrado con uno de los productores de los Rolling Stones. El día que iba a quedar libre volvió a cometer un crimen para quedarse en la cárcel. A los 32 años ya había pasado casi la mitad de su vida de prisión en prisión. Esquizofrénico. Manipulador por excelencia. Orquestador de uno de los crímenes más sangrientos en toda la historia de Hollywood. Soñaba con ser un auténtico rockstar, de hecho, Charles decía que los Beatles se habían inspirado en su filosofía para escribir muchas de sus canciones, sobre todo las del Álbum Blanco, adoptó el nombre Helter Skelter (título de una canción) para bautizar una guerra mundial racial. Durante este enfrentamiento, según Charlie, él y La Familia (como denominó a su secta) se esconderían en un agujero en el desierto junto a los Beatles. Charles creía que los negros carecían de inteligencia pero se excedían en fuerza, por lo tanto, ganarían la guerra racial, y justo en ese momento la Familia Manson saldría y, por la incapacidad para gobernar de los negros, terminarían dominando el mundo bajo la batuta de su líder: Charles Manson.
Si eso te parece una locura, imagínate que Charlie estaba seguro de que los Beatles habían llegado a la misma conclusión que él y que le estaban dando ese mismo mensaje al mundo por medio de su disco, pero (ahora sí) eso es otra historia.